El pintor de la identidad comunitaria 

*El muralista Ulises Ángel Machuca, originario de Piaxtla, usa el mundo de los sueños como una de sus principales fuentes de creación; usa una variedad de colores y mezcla lo rural con lo urbano

Jaime López

Puebla, Pue.- Observar sus creaciones es como viajar por la multiculturalidad del estado y del país, sumergirse en los usos y costumbres de las comunidades y adoptar a la Historia (así con H mayúscula) como un elemento fundamental de la inspiración artística.

También implica creer en el mundo onírico que se plasma en la mayoría de sus piezas, es decir, aquellos sucesos que imaginó o pensó mientras estaba en los brazos de Morfeo, el dios de los sueños, según la mitología griega.

Es el arte de Ulises Ángel Machuca, muralista oriundo del municipio de Piaxtla, que recientemente realizó una pintura monumental en un edificio de 15 metros de altura ubicado frente a la parroquia de Cuacnopalan, Palmar de Bravo.

La obra es un homenaje a la danza de los toriteros, propia de la región, y consiste en el rostro de un niño, que representa la continuidad o la herencia cultural de los antepasados.

En segundo plano hay una alfombra, un elemento importante dentro de la comunidad y al fondo está la representación de la pirotecnia, actividad tradicional de Cuacnopalan, desarrollada, por ejemplo, cuando se festeja a San Sebastián, el santo patrono del lugar.

Con una experiencia profesional de aproximadamente nueve años, el autor echa mano de una variedad de colores para transmitir sus intereses principales, siendo uno de ellos la mezcla de lo rural con lo urbano. Esto último se puede ver en otra de sus pinturas que muestra a un joven con dos máscaras, la de jaguar y una de huehue.

Las creaciones de Machuca también apuestan por las anacronías, es decir, por conjuntar a personalidades que cronológicamente no pudieron conocerse, como es el caso del comediante Mario Moreno “Cantinflas” y la cantante Angela Aguilar, seres que indudablemente son referentes del imaginario popular mexicano.

Al hablar de su arte, el tono de voz que utiliza es parsimonioso, muy propio de su otra profesión: la docencia, lo que le ayuda a no tener un lenguaje exiguo.

Esa dualidad de profesiones da cuenta de la preparación intelectual y la visión integral del creativo, uno que trasmite mucha paz en cada una de sus respuestas.

Con una formación autodidacta, que partió de observar los dibujos de sus hermanos, el creador se declara como un fiel creyente de las energías que confluyen en los diferentes espacios en donde ha pintado o diseñado murales.

En sus testimonios también sobresale la idea de involucrar a la población en las piezas monumentales que construye, con la finalidad de no ser irrespetuoso con sus usos y costumbres.

Además, está de acuerdo con que el quehacer cultural continúa centralizado en las grandes urbes, siendo una de la razones por las que usa la identidad comunitaria para llevar arte a otras latitudes del estado.

Es Ulises Ángel Machuca, el artista plástico de la identidad comunitaria, que percibe la cultura como un ente vivo para cambiar a la sociedad.

 

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